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30 dic 2012

Por mi raza - Patricio Fuentes (México, 1992)

¿Por qué se ríe?, ¿por qué no pone atención?, ¿por qué no responde?, ¿por qué pregunta?, ¿por qué está borracho?, ¿por qué lo hizo?, ¿por qué no lo hizo?, ¿por qué no baila?, ¿por qué fuma?, ¿por qué el pelo largo?, ¿por qué se perfora?, ¿por qué no busca un buen trabajo?, ¿por qué no se rasura?, ¿por qué no se inscribe?, ¿por qué se tatúa?, ¿por qué chingados no se calla?

Pus no'más.

Porque llevo años amaneciendo con el escroto inflamado
y una insoportable comezón inguinal
que me generan las instituciones.
Porque soy tan pelotudo
que busco legitimarme como persona
a partir del conocimiento
que succiono
del lugar
en donde escupo
y que cada vez
me absorbe más.
Me aprehenden sus prisiones de cristal
y yo aprendo de sus cabezas de ganado
(sagradas o profanas)
sin cuestionarme nunca nada
como dando todo por sentado,
quizá sea que ya estoy harto
de que sus preguntas no busquen respuestas,
sino datos.
Que sigan buscando verdades absolutas
en realidades fragmentadas
en carpetas burocráticas
que nos cambian el nombre
por una matrícula
que cambian nuestro marxismo de juguete adolescente
por ganas de ser explotados más tarde.
-Discúlpenme cominteristas-
Me gusta usar buenos sombreros,
me gusta el buen tabaco,
el buen lícor,
los buenos libros,
la buena televisión,
los buenos juegos de Súper Nintendo
y los buenos blogs con memes.
Si esto fuera un buen poema, estaría lleno de buenos ripios y yo diría bueno,
y bueno, y bueno, y bueno, y bueno, y bueno, y bueno, y bueno, y bueno,
y bueno, y bueno, y bueno, y bueno no diría mucho más.
Diría bueno para contestar el teléfono
Igual que para darle gusto a cualquier idiota
-como yo-
Estaría bien
estaría bueno
estaría bien bueno.
Al fin,
yo soy de los buenos;
soy de los que no come carne
porque pobrecitos animalitos,
de los que aprenden ruso
porque pobrecitos sovietiquitos,
de los que marchan cada dos de octubre
porque pobrecitos compañeritos,
de los que no tramitan sus papeles
porque pobrecitos de los inscritos.
Pobres de aquellos cuyo nombre vuelto cifra,
cuya imagen vuelta espectro de pelo corto
ve rasuradas sus ideas,
porque me resisto
 a entrar en sus delirios
paranoicos y maniqueos
donde el bueno es bueno
y el malo es talibán
o es vietnamita,
o es el zar,
o es alemán,
o es perpetuamente mexicano
o de plano no sabe leer ni escribir
porque vean:
LAS PUERTAS NO ESTÁN CERRADAS
Los barrotes los cierran los billetes de $500, los paradigmas de belleza, las malas telenovelas, los grupos de AA, los imaginarios de blancura, la música del canal de la eme, la poesía de CONACULTA, los alumnos de la SOGEM,  de la IBERO, del COLMEX, de Lasalle, de la UNAM, de la UDG, del Politécnico, del INBA, de la UAM, de la ENAH, los sirvientes de todas las instituciones que a alguien le han cerrado las puertas.
Los barrotes los hacemos nosotros cuando somos quienes decimos:
-Compra café nacional
porque pobrecitos zapatistitas,
no digas negro
porque pobrecitos afrodescendientitos
no dejes de luchar porque
NO HAS MUERTO
NO HAS MUERTO
NO HAS MUERTO CAMARADA
TU MUERTE
TU MUERTE
TU MUERTE SERÁ VENGADA
¿Y QUIÉN LA VENGARÁ?
EL PUEBLO ORGANIZADO
¿Y CÓMO?
-¿y cómo?-
Luchando
hombro a hombro
codo a codo
muerte a muerte
pedazo a pedazo
NO DEJES DE LUCHAR
NO DEJES DE LUCHAR
ni aunque te dirijas al cadalso
ni aunque llores en mi funeral
NO DEJES DE LUCHAR
Lucha con los sudacas que están en la casa
con los europeos que están en la casa
con los africanos que están en la casa
con los asiáticos que están en la casa
con los latinos que están en la casa
con los caucásicos que están en la casa
con los polinesios que están en la casa
lucha junto a todos porque todos son tu raza
                                                        y mi raza
                                                       y por mi raza combatiente
                                                                     hablará el espíritu pensante.

Patricio Fuentes

30 nov 2012

3 poemas - Carlos Drummond de Andrade (Brasil, 1902 - 1987)

Procura de poesía 

No hagas versos sobre acontecimientos.
No hay creación ni muerte frente a la poesía.
Ante ella la vida es un sol estático:
no calienta ni ilumina.
Las afinidades, los aniversarios, los incidentes personales no cuentan.
No hagas poesía con el cuerpo:
ese excelente, completo y confortable cuerpo tan indefenso a la efusión lírica.
Tu gota de bilis, tu máscara de gozo o de dolor en lo oscuro
son indiferentes.
No me reveles tus sentimientos
que se aprovechan de lo equívoco e inducen al largo viaje.
Lo que piensas y sientes, eso todavía no es poesía.
No cantes tu ciudad, déjala en paz.
El canto no es el movimiento de las máquinas ni es el secreto de las casas.
No es música oída de paso; rumor del mar en las calles junto a la línea de espuma.
El canto no es la naturaleza
ni los hombres en sociedad.
Para él, lluvia y noche, fatiga y esperanza nada significan.
La poesía (no saques poesía de las cosas)
elude sujeto y objeto.

No dramatices, no invoques,
no indagues. No pierdas tiempo en mentir.
No te aborrezcas.
Tu yate de marfil, tu zapato de diamante,
vuestras mazurcas y supersticiones, esqueletos de familia
desaparecen en la curva del tiempo: es algo fútil.
No reconstruyas
tu sepulta y melancólica infancia.
No osciles entre el espejo y la
memoria en desaparición.
Se disipó: no era poesía.
Se partió: cristal no era.

Penetra sordamente en el reino de las palabras.
Allí están los poemas que esperan ser escritos.
Están paralizados, pero no hay desesperación,
hay calma y frescura en su superficie intacta.
Helos solos y mudos, en estado de diccionario.
Convive con tus poemas antes de escribirlos.
Ten paciencia, si oscuros. Calma, si te provocan.
Espera que cada uno se realice y consuma
con su poder de palabra
y su poder de silencio.
No fuerces al poema a desprenderse del limbo.
No recojas del suelo el poema que se perdió.
No adules al poema. Acéptalo,
como él aceptará su forma definitiva y concentrada
en el espacio.

Inclínate y contempla las palabras.
Cada una
tiene mil fases secretas bajo la faz neutra,
y te pregunta, sin interés por la respuesta
pobre o terrible que le des:
¿Trajiste la llave?

Observa:
Yermas de melodía y sentido
ellas se refugian en la noche, las palabras.
Todavía húmedas e impregnadas de sueño,
fluyen en un río difícil y se transforman en desprecio.


La flor y la náusea 

Pertenezco a mi clase y a algunas ropas,
voy de blanco por las calles sucias.
Melancolías, mercaderías me acechan.
¿Debo seguir hasta la náusea?
¿Puedo rebelarme sin armas?

Ojos turbios en el reloj de la tarde:
no, no ha llegado el tiempo de completa justicia.
El tiempo aún es de heces, malos poemas, alucinaciones y espera.

El tiempo pobre y el poeta pobre
se funden en un mismo impasse.
En vano intento explicarme. Los muros son sordos.
Bajo la piel de las palabras hay cifras y códigos.
El sol consuela a los enfermos y no los restablece.
Las cosas. ¡Qué tristes son las cosas, consideradas sin énfasis!

Vomitar este tedio sobre la ciudad.
Cuarenta años y ningún problema
resuelto, ni siquiera ubicado.
Ninguna carta escrita ni recibida.

Todos los hombres vuelven a casa.
Son menos libres pero llevan periódicos
y deletrean el mundo, sabiendo que lo pierden.

Crímenes de la tierra, ¿cómo perdonarlos?
Tomé parte en muchos y otros oculté.
Algunos vi bellos, fueron publicados.
Crímenes suaves que ayudan a vivir.
Ración diaria de engaño distribuida en casa.
Los feroces panaderos del mal.
Los feroces lecheros del mal.

Prender fuego a todo, incluso a mí.
Al joven de 1918 lo llamaban anarquista.
Sin embargo mi odio es lo mejor de mí.
Con él me salvo:
a casi nadie doy una esperanza mínima.

¡Una flor ha nacido en la calle!
Pasan de largo, camiones, omnibuses, ríos de acero del tránsito.
Una flor todavía descolorida
elude a la policía: rompe el asfalto.
¡Guarden completo silencio, paralicen los negocios,
aseguro que ha nacido una flor!
Su color no se percibe.
Sus pétalos no se abren.
Su nombre no está en los libros.
Es fea. Pero es realmente una flor.

Me siento en el suelo de la capital del país a las cinco de la tarde
y lentamente acaricio esta forma insegura.
Del lado de las montañas, nubes espesas van agrandándose.
Una lluvia menuda agita el mar como gallina espantada.
Es fea. Pero es una flor. Ha roto el asfalto, el tedio, la náusea y el odio.


Masacre 

Eran mil que atacaban
el objeto indefendible
y pa y pe y ui
y vupt y rrr
y la risa del pajarraco en el aire
graznando
mil que espiaban
los alfabetos purpúreos
desatándose
sin rumbo
y llmn y nss y yn
eran mil que sentían
que la vida refugia
del acto de vivir
y ahora circulaban
sobre toda ruina.

Carlos Drummond de Andrade

26 oct 2012

Y me cuentas... - Diego Gutiérrez (México, 1992)

Y me cuentas de los besos que te das con el Sol. ¿Qué mentira quiero seguir jugando? Al revés y enfrente la realidad me dice: Orfeo, canta por otra rosa, ésta ya no te quiere; al revés y enfrente escucho la pasión que tiene con el Sol mi querida Luna. ¿Qué demonios quiero seguir jugando? si al derecho y al revés me dice la modesta paciencia: Orfeo, llénate de lujos y combate la melancolía con tu música. ¿En qué momento? quizá en ninguno, quizá en todos, quizá, sólo quizá, en el momento que tú ya no me ames. Así me cuentes los besos que te des con el Sol, me importará ñufla y aunque busque verte como la perrita de Marte, prefiero verte como la divinidad de mi historia. Si mato la melancolía pensando en ti, la música me matará de melancolía pensándote. Me ahorco en tus pupilas porque te quiero y en la desesperada noche de una constelación que guarda mil deseos, el mío es simple: tenerte conmigo, pero los besos de mi infancia recorren tu abdomen como si fueran los de una mosca, y no te fijas en ellos, y vas con el Sol a revolcarte con pasión. ¡Ay, mi lunita querida!, ¡ay, mi bella amada!, ¡ay, mi torpe cegués hacia ti!, ¡ay, luna prometedora!, quédate conmigo. Ésos son mis deseos de una noche melancólica, donde lo único que queda es perder la conciencia y decirte que te quiero, y que ya no tengo la paciencia para ver cómo procreas con Sol y dejas a Venus afuera de tus palpitaciones. Luna, qué pasará cuando no me veas más en las noches, si en el día con los rayos del Sol te tapo y recuerdo que yo me beso con tu Sol y con tus pendejadas. Estúpida ballena gigante, redonda y blanca, tenue como sutil, arrogante por naturaleza. Te reconocería donde fuese, pero hoy te olvido para que algún día me beses como lo haces con el Sol, mi putita Luna; para que llegue a ser tan tramposo y mentiroso, que llegue a ser puto de profesión y Luna, mi querida Luna.

Diego Gutiérrez

24 oct 2012

Aliteral poema elástico para linotipistas - Tomás DiBella ( México, 1954)

Sentémonos frente a las brasas, compa,
y tómate otra cerveza;
hay que callar lo que la noche hace con sus estrellas
este sol ha chamuscado las ideas de la sombra
nos lleva adormilados frente a la frontera del día,
he hecho trizas nuestros alimentos: huevos, espíritu, tortillas, poca cosa.

Escucha cómo dicen por la radio
que te vayas y te mueras solo
mientras se hace cola por trozos de la nada
y amaneces con la punta de una bomba en la garganta:
jugo matutino en que estallan tus ojos en todos los países.

Andamos descalzos sobre picudas piedras (ama y calla; oh, dolor)
con esta mudez tan llena de palabras,
con ganas de patear asilos de silencio.

El río corre -inmundo el cabrón-, viene del norte:
pobre de tu alma,
ropas colgadas y amorosas presencias en dientes de la muerte,
calaca que te toca, carne que hace fila, trenes sin amor,
reportes en el diario, en la mañana de la patada
en medio de una guerra
que a todos nos retuerce el hígado, las tripas,
y el triste corazón.

Échale leña, compa, que se nos apaga,
se nos va como pendejos la historia de mi abuela,
la de las carabinas, naranjas, leche y pólvora
tejida por hermanas, madres, hijas amorosas
en lo oscuro de este siglo que agoniza y acongoja.

Entonces el recuerdo,
de las manos de mi abuelo apretando el hambre en trenes de la leva,
sacando pan, ladrillos, hijos y estallidos de amor de un solo horno
rojo, colérico, sanguíneo,
sin ayes de cobardía o pizca de congoja.
gritando de locura
¡libertad, ponte a bailar desnuda esta noche,
acércame tus nalgas, que las quiero coger!

Ábrete de piernas, memoria; atízale al fogón, mi compadrito,
la selva se la tragan los voraces
que incansables
rompen la tenue piel que cubre el sueño de tus hijos,
nuestros hijos, herederos de las chanclas viejas,
únicos dueños eternos de la plata de la kodak,
de la pulpa del papel del billete verde,
de la planta de hule de la llanta que rechina idiota,
esos nuestros hijos, únicos dueños de lo verde que nos roban,
del barro que saquean, del café que se aglutinan
del tabaco que se chupan,
del maíz que nos robaron.

Ábreme los ojos, memoria; ponle tinta, compadrito, que se pierde;
enjúgate la sal de esa mirada que lenta corre bajo tus pupilas,
que no te acojone el desconcierto
está aquí, a la vuelta de la esquina ese holocáustico desmadre
aunque el sol reparta aún sus trapos amarillos
sobre las azoteas de esta parte tan jodida del mundo.

Pero me gana la nostalgia
¿quiénes son estos hijos de puta?,
¿quiénes son los que se chupan la sangre de mi gente?,
¿quiénes nos quitan este poema eterno de amor?

Desarruga esa piel, compita,
hoy yo hablo de esta metáfora de piedras lanzadas al vacío
mientras estas aves negras graznan impúdicas nuestra muerte.

Oh, queridos rostros hechos barro, yo quisiera y no puedo traerlos a mi mesa
y que hablen solitarios del camino al ventarrón,
del olor a cuero viejo del taller del enemigo,
de los juegos de pelota sin acróbatas ni cuentas,
de las luchas con gandules en horarios de agonía.

Yo quisiera, pero es la conciencia,
redonda, vieja y desguanzada,
la que carga la fruta que nos alimenta
y pone en claro, concreta y amorosa
la punzante bala que llega rápida al vientre del trabajador,
al que cae sin remedio en eternas alegatas,
barriendo sin descanso lo roto del edén mortificado.

Hoy leo en la tarde de vencidos,
con las ácidas lluvias y un sol enmarcado de misiles,
como una paradoja llevo
los pantalones desgarrados de mi abuelo, árbol solo,
y la mano deshecha con las plantas trituradas
por siglos de empuñar los instrumentos,
de acariciar los surcos regados de sudor, la neta,
para hacer germinar generaciones
que ahora caen enteras.

La historia ya no es nada,
es una eterna noche en desvelo, un cuerpo sin césped,
una sequía de ideas,
una voz que desaparece entre el polvo del camino,
palabras que palpitan poco tiempo y luego mueren;
son manos hundidas en tierra requemada,
es cabello que deforme abre puerta a la locura,
alimento que rechaza un estómago perdido.

Entonces llegará otro tiempo, el del
hombre sin ataduras, sin límites ni glotonería,
el del hombre asidero del intento, el de antes
del agandalle y arrebate y ojetería,
el que compartía, el hombre del día;
hoy es de noche.

Tomás DiBella

16 oct 2012

Responsorio: Eva en el paraíso - Mónica González Velázquez (México, 1973)

Para todos nosotros caerá la noche y llegará la diligencia. 
Disfruto la brisa que me conceden y el alma que me han dado para disfrutarla, 
y no me interrogo más ni busco. 
Bernardo Soares
Hoy desperté con una tibia sensación de tristeza. Todo cuanto busqué en la tierra, se ha instalado en este cuerpo. La belleza es algo que desconozco.

Cae la noche, avanzo cual bestia caprichosa que no entiende de utopías, ni de consuelo en el sosiego de este paraíso que habito.

Puedo ser la manzana que se asfixie en su propio regocijo, la serpiente que se meza en los labios de la luna, pero soy la rencarnación de Lillith.

El bullicio de las aves no me clarifica el pensamiento, el agua de los ríos no me conforta, el verde de los valles no me parece sublime ¿Qué es esto que guardo en las entrañas?

Miro la perfección de los miembros que me forman, uno el conjunto y camino en círculos, miro la sombra que reflejo: sé que soy perfecta como la que buscó refugio en el Mar Rojo; con el índice compruebo la resistencia de mi arcilla, la sensación que no digiere la entraña.

Antes de ser expulsada del paraíso terrenal, debo pedirte que dibujes tus labios en mi espalda y que al hacerlo, dejes el espacio justo para la envergadura de mis alas, porque no voy a permanecer en este reino al amanecer.

Este cuerpo que me alberga es geografía desconocida para los instintos que recorren la desnudez que me avergüenza.

Nuevas formas estallan en la cúpula azul que me rodea, pueden ser las señales del destino que me aguarda.

Comí, bebí, bailé y amé todo lo que me rodeaba, cien mil soles representan mi existencia y ahora muero junto con los ríos que me vieron nacer.

El agua que reflejó mi rostro, tal vez encuentre consuelo en el canto del cisne, el croar de la rana, el zumbido de la cigarra.

Uno las puntas del cielo estrellado, fósforos incandescentes iluminan la impronta de mi sombra en los caminos.

Golondrina de alas rotas, no vuela pero danza la canción desconocida del colibrí.

Dejo a todas las bestias que habitaron mi paraíso, las palabras que ya no pronunciará mi boca:

El hombre asciende las ruinas de su cuerpo cuando la piedra es un cometa iracundo. Los milagros podrán suceder si las ventiscas no se llevan las arenas hacia el Sur; a las grutas escarpadas donde la piedra es pan y el agua vino, donde las manos se agrietan, donde el tiempo transcurre en el cuchicheo de los ancianos.
Las piedras gritan los nombres de los que ya se han ido, de los que rastrean las sombras de cuerpos ajenos, de los que no descienden.

Algún infortunio les habla, algo queda por hacer, aquí la palabra versa y versa; allá el silencio duerme el quebranto. Algo queda por decir.

Ahora me voy al destierro, con la osadía de un perro en celo y el olor de tu sexo entre los dedos.

Mónica González Velázquez

13 oct 2012

De Guardia - Sergio Osorio (México, 1981)

Zumban alas que se posan en tus brazos
y mezclan otra sangre con tu sangre enferma.

Cantan los grillos de esta casa
y me alegro que la habiten
para no escuchar los lamentos de tu infierno.

El reloj truena en punto de las tres.

En la televisión
una chica ruega que le llame,
mostrando un fajo de billetes;
unos brasileños venden a Dios
como venden sus bosques;
un hombre besa sus bíceps
y se burla de cuando era un infeliz…

Los grillos callan,
se refugian en las grietas;
escucho un estruendo de pisadas:
es la muerte otra vez,
corriendo sobre el techo.

Sergio Osorio

30 sept 2012

Meditación XVII - John Donne (Inglaterra, 1572 - 1631)

¿Quién no echa una mirada al sol cuando atardece?
¿Quién quita sus ojos del cometa cuando estalla?
¿Quién no presta oídos a una campana cuando por algún hecho tañe?
¿Quién puede desoír esa campana cuya música lo traslada fuera de este mundo?

Ningún hombre es una isla entera por sí mismo.
Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo.
Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia.
Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta,
porque me encuentro unido a toda la humanidad;
por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti.

John Donne

29 sept 2012

A las diez de la mañana - Yeni Rueda López (México, 1990)

¿Habrá especies entre los árboles?
No pienso en las dictadas por la biología
o cualquier otra ciencia del hombre
sino en esa
que es pura de la naturaleza
Si nosotros fuéramos árboles
¿seríamos distintos por ser tú del sur y yo del centro?
¿Por ser yo de cerro y tú de bosque?
¿por ser yo una madera más tierna y tú una más fortalecida?
¿seremos tronco o ramas?
quizás yo sea sólo rama, y tú sólo tronco
quizás yo sea sólo hoja, y tú rama
quizás yo sea árbol, y tú raíz
o quizás, no seamos nada
ni tú, ni yo, ni los árboles.
Quizás, sólo seamos esporas de musgo.....

De mi ombligo salen ramas azules
que huelen
a lluvia
de líquen
de un lugar
que no conozco

Se extienden en mi cuarto
tocan la silla
la mesa
los libros
la ventana sin cristales

Salen de mi habitación y se extienden por toda la casa
acarician a mis gatos
tocan más sillas
más mesas
otras ventanas
con vidrios empañados.

Salen de mi casa
se mueven entre carreteras
ciudades
avenidas
y no sé cómo
ni por la voluntad de quién
llegan a tu puerta

Tímidas
tocan a tu perro
tus sillas
tus mesas
tus libros
tus ventanas
/con vidrios llenos de musgo/
tus ojos
tus manos
tus manos
tus manos

y luego se retraen
huyen
regresan a mi ombligo
trayendo consigo
el aroma de tu voz.

¿Seremos madera de distinta especie?
No lo sé
no lo creo

Nuestras ramas se extendieron
en el quinto mes
Nuestro hogar
es la soledad
Nuestro escape
está compuesto de letras
Nuestros árboles-padres
son nuestro dolor
Nuestro corazón
pertenece a un roble
Nuestras manos
se mueven por los mismos propósitos
Nuestra alma
nadie la conoce en realidad.

Las ramas azules me cuentan que te vieron llorar
con un tigre entre tus manos
Y al escucharlas, quise poder beber tus lágrimas
el tigre ronroneaba en tus piernas
Tuve en ese momento la certeza de que lo único tuyo que tengo es el silencio...
el tigre lamía tus pies, y tú le sonreías, aliviado..... 

Yeni Rueda

23 sept 2012

Recorremos el museo de mi recámara - Xel-Ha López (México, 1991)

Recorremos el museo de mi recámara,
polvo ocupa las orillas
altivo, soberbio
me hablas de Bacon, de Hamilton,
de tus sueños llenos de onomatopeyas.
Yo pienso en tu espina dorsal
masmédula acomodada como rieles
de mis ojos
tren lento
(mi lengua, mis labios, mis dedos).

¿Qué imágenes faltaron
y cuántas fueron devoradas,
por cuántos ojos?

La última película que veré contigo
¿la recuerdas?
...la escena del retrete por donde escapan acuáticas las cartas
...la mano que se desliza como lija por el barandal de la escalera

No amanece
(la ventana es demasiado grande para no notarlo)
estás sentado
no te has ido
pero
ya no hablas y de repente parece que dormimos
uno tan lejos del otro

¿habrá que fingir silencio?

...porque éste es tan sincero
que nos mata.

Xel-Ha López 

29 ago 2012

2 poemas - Tomás de Iriarte (España, 1750 - 1791)

Extensión y fama del oficio de Puta

No te quejes, ¡oh, Nise!, de tu estado
aunque te llamen puta a boca llena,
que puta ha sido mucha gente buena
y millones de putas han reinado.

Dido fue puta de un audaz soldado
y Cleopatra a ser puta se condena
y el nombre de Lucrecia, que resuena,
no es tan honesto como se ha pensado;

esa de Rusia emperatriz famosa
que fue de los virotes centinela,
entre más de dos mil murió orgullosa;

y, pues todas lo dan tan sin cautela,
haz tú lo mismo, Nise vergonzosa;
que aquesto de honra y virgo es bagatela.


Respuesta de Don Tomás de Iriarte a una dama que le preguntó qué era lo mejor que hallaba en su cuerpo

Con licencia, señora, de ese pelo
que en rubias ondas llega a la cintura,
y de esos ojos cuya travesura
ardor infunde al pecho más de hielo;

con licencia del talle, que es modelo
propuesto por Cupido a la hermosura,
y de esa grata voz cuya dulzura
de un alma enamorada es el consuelo,

juro que nada en tu persona he visto
como el culo que tienes, soberano,
grande, redondo, grueso, limpio, listo;

culo fresco, suavísimo, lozano;
culo, en fin, que nació, ¡fuego de Cristo!,
para el mismo Pontífice romano.

Tomás de Iriarte

8 ago 2012

La canción del macizo - Ramón Méndez Estrada (México, 1954)

La mota sigue subiendo de precio.
No se alarme:
Están a punto de resolverle a Emiliano
un problemilla de tierra.
                                               R.M.
                                                                                        ¡Tierra para sembrarla
y libertad para fumarla! 
Consigna Popular
*
En el colmo de la ericez
espulgo por quinta vez
                                         mi caja de cocos:
sale un flautín, una calilla, un corcholatazo carcelero.
En tanto, repaso de memoria
las pintas que aparecen en los muros de la ciudad:
                        ¡ARRIBA LA MOTA, CULEROS!
                        ¡A’I LES VA LA VER... DE!
                        ¡LA MARIGUANA VOTA!
                                   
                                           Movimiento de Macizos de México
                 Y:
                        ¡ESTOY EN CONTRA DE LA ERICEZ!
                                   La Cucaracha
Y lo prendo mi clavecín, toco mi toque.
Sube al cielo delicado humo azul
y mis pensamientos se elevan por la paz,
se sublevan contra la represión
y el general estado de violencia.
Y me pregunto, la mera neta me pregunto
cuándo, hasta cuándo, en una noche joven de la ciudad,
podré abordar a una linda muchacha por la calle
para decirle, con toda naturalidad:
Disculpe, ¿podría indicarme dónde encuentro
un expendio de mariguana abierto a estas horas, por favor?
¿Hasta cuándo?
* *
Mañana conectaré un cartón, dos cartones, un bonche
de la peligrosa sin sema, de la que hizo peerse al Diablo.
Con mi toque caminaré por la ciudad,
la rolaré, bacha encendida.
Y si me atizo con un cuate,
la limpiaremos bien
para que no digan que nos las estamos tronando.
Y haremos un clavo choncho
para ponernos como güevos de perro,
hasta atrás, bien pachecos.
Cuando le demos fuego, ofreceré:
“Por los que están en cana,
porque yo sé lo que es estarse chingando”.
Y si me apañan, por mí hablaré:
“Yo la siembro, señor, en la tierra
que a mis jefes les tocó en el reparto agrario,
la de mis uñas:
le rasco el casco a la Sedena, y algo se queda.
Algo cara, eso sí. Y mi salario, algo más que mermado,
mi sueldo miserable roído por el crítico diente de la crisis,
no me alcanza para comprar siquiera la que necesito
para caminar de aquí hasta mi trabajo...”
Y a cada macanazo en mi cabeza retumbará
aquel rock que dice:
  No quiero ser La Cucaracha...
* * *
Mañana la rolaré por la ciudad
como si nada,
plegadas mis alas disimuladamente
bajo el chaleco, bajo las alas de mi sombrero
prendido al aire, macizo
que anda por allí, que por allí vuela, que la rola
al tiro de la tira, el pico a cielo abierto y la garra en el clavo
pese a los feos, los pitufos y los estuches, óvidos todos,
que no pueden con el camello a veces hecho cucaracha
por la falta de un simple toque.
* * * *
Acaudalado de la metáfora, jeque de la imagen,
potentado de la imaginación,
soy Grifo Rey, y reto:
Mi reino por una bacha,
y a mi vacha no la cambio
ni por un buen guato de buenas colas.

Ramón Méndez Estrada

1 ago 2012

Los heraldos negros - César Vallejo (Perú, 1892 - 1938)

Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé.
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... Yo no sé.

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como un charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes ... Yo no sé!

César Vallejo

27 jul 2012

2 poemas - Enrique González Rojo (México, 1928)

En el mercado

Entre el puesto de dulces
y el de verduras
se coloca el vendedor
de palabras.
Después de ordenar la mesa de sus productos
tender el toldo contra el sol
y acercarse la silla
se pone a pregonar:
¡Pase a comprar su palabra preferida!
¡Palabras narcotizantes para combatir
el dolor de muelas!
¡Palabras para la nostalgia crónica!
¡Palabras para escudarse de la agresión
de otras palabras!
Si un cliente se interesa por la mercancía
el vendedor aprehende con unas pinzas
la palabra seleccionada
la desempolva
la envuelve
y la entrega al comprador
acompañada de unas instrucciones
para su uso.
Hay vocablos en efecto
que deben ser dichos poco a poco
como deletreando la fuga
de la emoción saboreada.
Otros deben salir de golpe a la intemperie
con su breve bufanda de saliva al cuello.
Cuando termina el día
el mercader levanta su negocio.
Se echa su morral de vocablos a la espalda
y parte en busca de otros pueblos.

Por las noticias que nos han llegado
se puede asegurar
que este vendedor
en unos pocos meses ha ido destruyendo
punto por punto
población tras población
grandes comarcas de silencio.

Testimonio

Yo me abstengo.
Que conste en el acta
mi protesta contra la mayoría
y la minoría.
Contra la mayoría que se pronuncia
por el arte llamado social.
Contra la minoría que lo hace por el llamado puro.
Yo me abstengo.
Yo voto con el brazo hacia abajo.
Yo voto porque no se vote.
Ya sé que la abstención no importa.
Pero que conste en acta.
Aunque mi rebeldía
represente un cero
muy a la izquierda.

Enrique González Rojo

26 jul 2012

Mario Bross y la CGTP - Omar Livano (Perú, 1987)

Mario Bross inició una huelga con la CGTP.
Caminó por Colmena, pancarta en mano: “LOS FONTANEROS UNIDOS”.
Las prostitutas lo miraban y se burlaban.
Bajito y regordete
tomó un emoliente, un pan con lomo y otro con tamal.
(como para soportar la marcha)
Los de la Villarreal le exigieron autógrafos.
Dos policías intentaron detenerlo.
Mario cogió honguito, creció y los pisó.
Los Buses de Wilson aplaudieron el acto.
Trajeron bombas lacrimógenas.
Mario agarró florcita y arrojó bombas molotov.
Del cine Colmena salía un jubilado Fonavista y un hombre con minifalda.
En la Plaza San Martín, un cebiche de pota y una chicha morada
(Como para soportar el día)
Cansado, se sentó.
El ejército, los serenos, policías escolares y Rambo llegaron.
Mario Bross se caga de miedo (como los demás).
Recuerda que su princesa tiene castillo
que no tiene por qué estar ahí.
Además Nintendo saca una consola nueva
y lo contratan otra vez.
Se alejó del grupo
cogió Plumita
y se fue volando.

Omar Livano

28 jun 2012

Lupe - Roberto Bolaño (Chile, 1953 - 2003)

Trabajaba en la Guerrero, a pocas calles de la casa de Julián
y tenía 17 años y había perdido un hijo.
El recuerdo la hacía llorar en aquel cuarto del hotel Trébol,
espacioso y oscuro, con baño y bidet, el sitio ideal
para vivir durante algunos años. El sitio ideal para escribir
un libro de memorias apócrifas o un ramillete
de poemas de terror. Lupe
era delgada y tenía las piernas largas y manchadas
como los leopardos.
La primera vez ni siquiera tuve una erección:
tampoco esperaba tener una erección. Lupe habló de su
vida
y de lo que para ella era la felicidad.
Al cabo de una semana nos volvimos a ver. La encontré
en una esquina junto a otras putitas adolescentes,
apoyada en los guardabarros de un viejo Cadillac.
Creo que nos alegramos de vernos. A partir de entonces
Lupe empezó a contarme cosas de su vida, a veces
llorando,
a veces cogiendo, casi siempre desnudos en la cama,
mirando el cielorraso tomados de la mano.
Su hijo nació enfermo y Lupe prometió a la Virgen
que dejaría el oficio si su bebé se curaba.
Mantuvo la promesa un mes o dos y luego tuvo que
volver.
Poco después su hijo murió y Lupe decía que la culpa
era suya por no cumplir con la Virgen.
La Virgen se llevó al angelito por una promesa no
sostenida.
Ya no sabía qué decirle.
Me gustaban los niños, seguro,
pero aún faltaban muchos años para que supiera
lo que era tener un hijo.
Así que me quedaba callado y pensaba en lo extraño
que resultaba el silencio de aquel hotel.
O tenía las paredes muy gruesas o éramos los únicos
ocupantes
o los demás no abrían la boca ni para gemir.
Era tan fácil manejar a Lupe y sentirte hombre
y sentirte desgraciado. Era fácil acompasarla
a tu ritmo y era fácil escucharla referir
las últimas películas de terror que había visto
en el cine Bucareli.
Sus piernas de leopardo se anudaban en mi cintura
y hundía su cabeza en mi pecho buscando mis pezones
o el latido de mi corazón.
Eso es lo que quiero chuparte, me dijo una noche.
¿Qué, Lupe? El corazón.

Roberto Bolaño

26 jun 2012

Descubrimientos - Eduardo Langagne (México, 1952)

Colón no descubrió a esta mujer

ni se parecen sus ojos a las carabelas

jamás hizo vespucio un mapa de su pelo

nunca un vigía gritó tierra a la vista

-aunque vuelan gaviotas

en las proximidades

de su cuerpo

y en su continente se amanece cada día-


a esta mujer no la descubrió colón

sin embargo estaba en el oeste

era un lugar desconocido

y para encontrarla

hubo que andar mucho tiempo

con una soledad azul en la cabeza

Eduardo Lagagne

2 poemas - José Joaquín Blanco (México, 1951)

La palabra tú

Nada está perdonado. La piel
duele cada vez menos,
como anestesiada.

No trato de recordar, pero hay recuerdos.
Tú importas poco, pero había cosas contigo.
Había calles largas que recorrer de noche
y alguna canción de éxito que ha sido desplazada.

La palabra tú significa lo que había contigo,
lo que no eras tú, lo que te acompañó algún tiempo,
lo que habría acabado de cualquier manera.

Porque lo demás
(o sea tú, y es una lástima)
existe todavía.

Confesión forzada

Como no puedo abandonarme a la nostalgia en horas de oficina, como en el restaurante y en el autobús se reirían de mi carota triste; en virtud de que los programas de TV están peores cada día y carezco de otra afición en que gastar las primeras horas de la noche: añadiendo a lo anterior que no es el mío un cuerpazo de galán y que mis éxitos amorosos no suelen ser masivos ni instantáneos, vengo a confesarte que en estos momentos me gana la añoranza y que daría la luna por volver a verte.

José Joaquín Blanco

24 jun 2012

2 poemas - Joelia Dávila (México, 1978)

Mejor Callo

Mejor callo
escucho opiniones por aquí
percibo desdenes por allá
me señalan por rebelde
me acusan de borrego sin criterio
me discuten
mejor callo
no pienso regalar esperanzas
no quiero subrayar mediocridades
soy irresponsable por decisión propia
escucho y leo
observo
difiero pero no grito
me he cansado de discutir sin finales
nadie me gana
a nadie gano
mejor callo
llegado el día
tomaré el papel asignado
plasmaré mis opiniones con dos líneas
unas letras
tal vez una nada
y en silencio pediré mi deseo
he descubierto que las guerras de opiniones
no producen las ganancias de un pueblo
así que mejor callo
pero no me quedo callado


El poema más hermoso

Con la lengua de las moscas
con el tiempo encañonado
con lo sutil de la majadería
revuelta en arcilla roja

con la pena de decirlo
y el placer de gritarlo
suelto el poema más hermoso del mundo
hermoso más que los romances medievales
más que cualquier genialidad del siglo veinte
más que las puestas de sol en el desierto
o que las frases bien hechas del cine independiente

de las yemas
la garganta el intestino grueso y los riñones
se desprende una poesía visceral
caricia de tromba
pequeña letra quemada por debajo de la piel
como res en cuarentena
y la pasión desbocada de un toro en brama

la palabra del poeta que se tuerce de bilis
que escupe y vomita un hermoso poema:

 ¡chingas a tu puta madre!

Joelia Dávila

Western - Maximiliano Barrientos (Bolivia, 1979)

Mi viejo juega con fósforos.
Dice que prenderá fuego a la casa,
Que será hermoso ver las llamas trepando por las paredes.
Sueña con botellas de Coca Cola enterradas en el desierto,
Son sueños hermosos que nada significan.
Lo abrazo cuando tiembla.
Le pido que mire por la ventana. 
¿Qué son todas esas luces ahí afuera?, 
Pregunta. 
No hay nada allí, 
Digo. 
Están en tu cabeza. 
Es hermoso, 
Responde al cabo de unos segundos. 

  * 

A veces rompemos los vidrios de las ventanas y las cubrimos 
Con periódicos. 
Eso lo divierte. Ríe estrepitosamente y baila solo. 
Es nuestra fiesta privada. 
Son los únicos momentos en los que nuestras cabezas 
Están conectadas por la misma frecuencia de pensamientos. 
¿Alguna vez pensás en mamá?, 
Pregunto. 
Hablo con ella todo el tiempo, 
Responde. 
Camina descalzo por el patio. 
Un vaso de whisky 
Entre sus dedos y mamá muerta, 
Mamá como un poco 
De polvo en una caja. 
Mamá como un cometa perdido en las entrañas de Dios. 
Papá es el único que puede verlo. 

 *

Suelo bañarlo por las mañanas.
Sus ojos se quedan fijos en los míos durante largos segundos, 
No hablamos. 

 * 

Estará muerto al año próximo, 
Pienso, 
Y paso la esponja por sus piernas y por su vientre 
Y por su barba rala, 
Crespa. 
Una vez maté a un hombre porque quiso estafarme, 
Dice escupiendo agua. 
Mi padre desnudo, 
Con el pelo cubierto de shampoo, 
Forma una pistola con su mano derecha y me la pone en la cabeza. 
Boom, 
Dice. 
Y ríe. 
Y su risa es un sonido helado, 
Totalmente nuevo, 
Que no se conservará 
En el recuerdo de nadie.

Maximiliano Barrientos

21 jun 2012

El finado - Gabriel Paz (Ecuador, 1978)

Ya no importa nada
Den abrazo al hijo muerto que no ha vencido
En sano juicio fue vencido.
Den luto en sus corazones y agua miel en el abismo
Un signo zodiacal se dispara
Una estrella temprana se disipa
Vengan a cobijar mi órgano sexual expuesto a la intemperie
Ahora sufro de frío
El tiempo no me visita
Ya no voy a campo abierto
Acúsenme si anduve ebrio por la vida
Anduve enseñando la verga en las iglesias, Madre
Padre, he mentido y mentido
Me abstengo de ideales nuevos
Me encomiendo a las visitas
Sobre mis flores pongan flores y sobre mi nombre colores
Sólo acepto condolencias
Me encomiendo a los cumplidos
Si lloran mis mujeres córtenles el vientre y dénselo a los perros
Que ninguna me ha parido
No le crean si alguna de ellas grita en medio del salón:
“Déjenme ir con él. Déjenme ir con él, que el finado alguna vez me entregó su corazón”

Gabriel Paz

Lima, Toma I - Roberto Bermúdez (Perú, 1987)

Porque no queda más remedio que andar por estas calles inundadas de letreros luminosos que se me pegan al cuerpo como garfios yo camino para poner mi palabra sobre tu pecho mojado por la angustia de no querer parecerte más a las chicas de tu tiempo y olvidar el estruendo del chicle que revienta en un conjuro de miserias y temblores las sicodélicas luces de la calle ocho han aparecido sobre la pista mojada te persiguen y corres asustada de ti misma huyendo de ese miedo que reclama como premio tu cabeza alborotada de rizos que han crecido con las hojas del parque al compás de mis pasos por los billares cerca de la plaza Italia y tienes los ojos cansados para siempre tus ojos cansados para siempre de escuchar a nube luz en la televisión olvidar es la consigna no puedes y ves en el paradero de Ocoña a la pobreza aniquilada en la voz de un vendedor de dulces y perdóname que siga hacia la casa de la literatura sin mirarte porque yo no tengo plata para instalarme en el Cordano a escribirte de la lluvia y contarte que los cachacos que vigilan el palacio de gobierno no son hombres de cera ni siquiera de cera que ellos llevan la luz de la tarde junto a los ojos ahora mi risa se ha confundido en las canciones de magneto con tu voz seductoramente terca mis brazos son una noche sin salida sobre tu piel y después de amarnos somos solamente un pedazo de espasmo que no lucha siquiera por desaparecer de Lima la hija predilecta de las putas y has vuelto hasta esta calle para descubrir en los semáforos el amor ese amor que no encontraron las metáforas brillantes de los poemas que te hicieron leer en el colegio Monserrate ni en las canciones que se pusieron de moda en el año dos mil en tu cuarto hay un póster que te mira sorprendido y odiaste la poesía sin saber que en un país devastado por las coimas en un mundo devastado por el tráfico ilícito de drogas Francisco Pizarro no es un héroe sino un hijo de puta y a ti te buscan princesa a ti te buscaban tú eres el tesoro del sur te buscan como una palabra afilada bajo la lengua de mi generación sumisamente estúpida a mi generación nada le duele la muerte es una esfera lejana que no conoce el amor pero nada importa porque has venido a contarme que el embarazo es una rutina de náuseas en tu almohada corren ríos de sangre los sueños depositados en ella se han hecho carne sobre los muros del comedor popular donde revientan mis dedos mientras hago un grafiti con todos los colores que conozco acompañado por la noche (para aquellos que no te conocen conozcan el amor) y su frescura y su relumbre los exalte como un piano vibrante mi mano está marcada en el vidrio de un auto que me aleja del centro y hay que irse porque ha comenzado a llover sobre los anuncios luminosos destellan con más fuerza mis pupilas mis sueños son una tarde sin regreso un tajo en el corazón de esta ciudad.

Roberto Bermúdez

20 jun 2012

2 poemas - Sussy Santana (República Dominicana, 1976)

Bendición

Mami tiene la barriga llena de promesas,
Se fue esta mañana de Santo Domingo a Nicaragua
De Nicaragua a México
De México a San Diego con el pasaporte entre los pantis para que la
reconocieran
Por si no llegaba
Pero tiene mariposas en el pelo

Mami tiene hambre pero sabe que va a comer bueno si se aguanta un poco más
Perdió los zapatos en la arena
Cenicienta de frontera
El vestido destrozado
Las rodillas de escarlata
Sus pies son dos hilachas
Pero tiene mariposas en el pelo

Mami lleva una cumbre en los ojos
Unos perros tras su rastro
Un helicóptero de cielo
Una noche oscura
Una sinfonía de lamentos
Su cría acampándole el pecho
Pero tiene mariposas en el pelo

Mami salió con un grupo de 30
Mami!
30
los perros
Mami!
20
Helicóptero de cielo
Mami!
10
Rodillas de escarlata
Mami!
5
San Diego
3
Mami!
1
Mami reencarna a diario
Pero tiene mariposas en el pelo  


Yellow

Mudar la piel como las brujas de Los Alcarrizos
Que por las mañanas andan en motoconchos por la carreterra Duarte.

Mudar la piel como un funcionario del PLD o el PRD o el PRSC o
Cualquier otra cosa que comience con P...

Mudar la piel como una culebra que condena a la humanidad
A comprar manzanas a sobreprecio.

Mudar la piel que hace daño,
La piel de la gente amarilla que olvidaron sus cuadernos Petete en el baño.

Mudar la piel de campaña,
La piel que engaña.

Mudar la piel amarilla
Pariendo más gente amarilla
Que no muda la piel.
Sussy Santana

17 jun 2012

Malditos títulos acertados - Marisol Jiménez (México, 1989)

Yo quería ser una buena primera línea en esta novela pero fracasé. El título se menciona en algún diálogo del personaje principal como afirmación o negación. Algunos títulos son monosílabicos o algún ruido gutural. El nombre de una vieja prostituta, la descripción de algún paisaje, el nombre del perro. Sustantivos, verbos conjugados, algún sistema eléctrico, el nombre de un despeñadero. La sonrisa de una mujer, el secuestro de los aviones, una enfermedad mental o el nombre de una droga. Alguna disciplina u oficio que antecede al nominativo.

Pero el registro de números en el papel. Dejen a las máquinas hacer novelas. Dejen que los cuentos se rompan a mitad de la narración. Olviden la vieja gramática.
El peluquín de la abuela Estela está hecho en Siri Lanka.
Porque tus almohadas están llenas de ácaros, regálame un matapulgas.
Oh, sin sentido esta vida.
Callen esas voces.
Me drogué y estoy bien pinche contenta.
A la verga los pendejos
Inconforme con el régimen.
Me quedé viuda y sin tu vestido.
Títulos que quedan sin estructura, finalmente nos sabemos el argumento.

Marisol Jiménez

Invitación - Francisco Trejo (México, 1987)


Penélope,

¿quieres suicidarte

porque no te resignas

a vivir sin Odiseo?

Tengo debajo de mi túnica

una daga punzante

que te hará morir dichosa

cuando la introduzcas entera

en tu herida más antigua.

Anda, tómala y muere,

resucitarás en diez minutos

              anhelando morir de nuevo.

Francisco Trejo

14 jun 2012

Tabaquería - Álvaro de Campos (Fernando Pessoa, Portugal 1888 - 1935)


No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de eso, tengo en mí todos los sueños del mundo.

Ventanas de mi cuarto,
cuarto de uno de los millones en el mundo que nadie sabe quién son
(Y si lo supiesen, ¿qué sabrían?)
Ventanas que dan al misterio de una calle cruzada constantemente por la gente.
Calle inaccesible a todos los pensamientos,
Real, imposiblemente real, cierta, desconocidamente cierta,
Con el misterio de las cosas bajo las piedras y los seres,
Con el de la muerte que traza manchas húmedas en las paredes y vuelve blanco el pelo de los hombres,
Con el destino que conduce el carro de todo por la calle de nada.

Hoy estoy vencido como si supiese la verdad.
Hoy estoy lúcido como si estuviese para morir,
Y no tuviese más hermandad con las cosas
Que la de una despedida, y esta casa y las que le siguen.
Se vuelve la hilera de vagones de un tren,
Y hay un largo silbido
Dentro de mi cráneo,
Y hay una sacudida en mis nervios y crujen mis huesos en la arrancada.

Hoy estoy perplejo, como quien pensó y encontró y olvidó.
Hoy estoy dividido entre la lealtad que debo
A la Tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera,
Y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.

Fallé en todo.
Como no tuve propósito alguno tal vez todo fue nada.
Lo que me enseñaron
Lo eché por la ventana del traspatio.
Ayer fui al campo con grandes propósitos.
Encontré hierbas y árboles,
Y la gente que había era igual a la otra.
Dejo la ventana y me siento en una silla. ¿En qué he de pensar?

¿Qué puedo saber de lo que seré, yo, que no sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso? ¡Pienso ser tantas cosas!
¡Y hay tantos que piensan ser esas mismas cosas que no podemos ser tantos!

¿Genio? En este momento
Cien mil cerebros se piensan en sueños genios como yo,
Y la historia no recordará, ¿quién sabe?, ni uno,
Y sólo habrá un muladar para tantas futuras conquistas.
No, no creo en mí.
¡En tantos manicomios hay tantos locos con tantas certezas!
Yo, que no tengo ninguna, ¿soy más cierto o menos cierto?
No, en mí no creo
¿En cuántas buhardillas y no-buhardillas del mundo
Genios-para-sí-mismos a esta hora están soñando?
¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas
—Sí, de veras altas y nobles y lúcidas—,
Quizá realizables,
¿No verán nunca la luz del sol real ni llegarán a oídos de la gente?

El mundo es para los nacieron para conquistarlo,
No para los que sueñan que pueden conquistarlo, aunque tengan razón.
He soñado más que todas las hazañas de Napoleón.
He abrazado en mi pecho hipotético más humanidades que Cristo.
He pensado en secreto más filosofías que ningún Kant.
Soy y seré siempre el de la buhardilla,
Aunque no viva en ella.
Seré siempre el que no nació para eso,
Seré siempre sólo el que tenía algunas cualidades;
Seré siempre el que aguardó que le abrieran la puerta frente a un muro que no tenía puerta,
El que cantó el canto del Infinito en un gallinero,
El que oyó la voz de Dios en un pozo cegado.

¿Creer en mí? Ni en mí ni en nada.
Derrame la Naturaleza su sol y su lluvia
Sobre mi ardiente cabeza y que su viento me despeine,
Y después que venga lo que viniere o tiene que venir o no ha de venir.
Esclavos cardíacos de las estrellas,
Conquistamos al mundo antes de levantarnos de la cama;
Nos despertamos y se vuelve opaco,
Salimos a la calle y se vuelve ajeno,
Salimos de casa y es la tierra entera,
Es la tierra entera y el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido.

(Come chocolates, muchacha,
¡Come chocolates!
Mira que no hay metafísica en el mundo como los chocolates,
Mira que todas las religiones enseñan menos que la confitería.
¡Come, sucia muchacha, come! ¡Si yo pudiese comer chocolates con la misma verdad con que tú los comes!
Pero yo pienso y al arrancar el papel de plata, que es de estaño,
Echo por tierra todo, mi vida misma.)

Queda al menos la amargura de lo que nunca seré,
La caligrafía rápida de estos versos,
Pórtico que mira hacia lo Imposible.
Al menos me otorgo a mí mismo un desprecio sin lágrimas,
Noble al menos por el gesto amplio con que arrojo,
Sin prenda, la ropa sucia que soy al tumulto de mundo
Y me quedo en casa sin camisa.

(Tú que consuelas y no existes, y por eso consuelas,
Diosa griega, estatua engendrada viva,
Patricia romana, imposible y nefasta,
Princesa de los trovadores, escotada marquesa del dieciocho,
Cocotte célebre del tiempo de nuestros abuelos,
O tú, estrella de ahora, ésta o aquélla,
Sea lo que sea y la que seas, ¡si puedes inspirar, inspírame!
Mi corazón es un balde vacío.
Como invocan espíritus los que invocan espíritus me invoco,
Me invoco a mí mismo y nada aparece.
Me acerco a la ventana y veo la calle con una nitidez absoluta.
Veo las tiendas, la acera, veo los coches que pasan,
Veo los entes vivos vestidos que pasan, veo los perros que también existen,
Y todo esto me parece una condena a la degradación
Y todo esto, como todo, me es ajeno.)

Viví, estudié, amé y hasta tuve fe.
Hoy no hay mendigo al que no envidie sólo por ser él y no yo.
En cada uno veo el andrajo, la llaga y la mentira.
Y pienso: tal vez nunca viviste, ni estudiaste, ni amaste, ni creíste
(Porque es posible dar realidad a todo esto sin hacer nada de todo esto),
Tal vez has existido apenas como la lagartija a la que le cortan el rabo
Y el rabo salta, separado del cuerpo.

Hice conmigo lo que no sabía hacer
Y no hice lo que podía.
El disfraz que me puse no era el mío.
Creyeron que yo era el que no era, no los desmentí y me perdí.
Cuando quise arrancarme la máscara,
La tenía pegada a la cara.
Cuando la arranqué y me vi en el espejo,
Estaba desfigurado.
Estaba borracho, no podía entrar en mi disfraz.
Lo acosté y me quedé afuera,
Dormí en el guardarropa
Como un perro tolerado por la gerencia
Por ser inofensivo.
Voy a escribir este cuento para probar que soy sublime.

Esencia musical de mis versos inútiles,
Quién pudiera encontrarte como cosa que yo hice
Y no encontrarme siempre enfrente de la Tabaquería de enfrente:
Pisan los pies la conciencia de estar existiendo
Como un tapete en el que tropieza un borracho
O la esterilla que se roban los gitanos y que no vale nada.
El Dueño de la Tabaquería aparece en la puerta y se instala contra la puerta.
Con la incomodidad del que tiene el cuello torcido,
Con la incomodidad de un alma torcida, lo veo.
El morirá y yo moriré.
Él dejará su rótulo y yo dejaré mis versos.
En un momento dado morirá el rótulo y morirán mis versos.
Después morirá el planeta girante en donde pasó todo esto.
En otros planetas de otros sistemas algo parecido a la gente
Continuará haciendo cosas parecidas a versos,
Parecidas a vivir bajo un rótulo de tienda,
Siempre una cosa frente a otra cosa,
Siempre una cosa tan inútil como la otra,
Siempre lo imposible tan estúpido como lo real,
Siempre el misterio del fondo tan cierto como el misterio de la superficie,
Siempre esta o aquella cosa o ni una cosa ni la otra.

Un hombre entra en la Tabaquería (¿para comprar tabaco?),
Y la realidad plausible cae de repente sobre mí.
Me enderezo a medias, enérgico, convencido, humano,
Y se me ocurren estos versos en que diré lo contrario.

Enciendo un cigarro al pensar en escribirlos
Y saboreo en el cigarro la libertad de todos los pensamientos.
Fumo y sigo al humo como mi estela,
Y gozo, en un momento sensible y alerta,
La liberación de todas las especulaciones
La conciencia de que la metafísica es el resultado de una indisposición.
Y después de esto me reclino en mi silla
Y continúo fumando.
Seguiré fumando hasta que el destino lo quiera.

(Si me casase con la hija de mi lavandera
Quizá sería feliz.)
Visto esto, me levanto. Me acerco a la ventana.
El hombre sale de la Tabaquería (¿guarda el cambio en la bolsa del pantalón?),
Ah, lo conozco, es Esteva, que ignora la metafísica.
(El Dueño de la Tabaquería aparece en la puerta.)
Movido por un instinto adivinatorio, Esteva se vuelve y me reconoce;
Me saluda con la mano y yo le grito ¡Adiós, Esteva!
Y el universo
Se reconstruye en mí sin ideal ni esperanza y el Dueño da la Tabaquería sonríe.

 Álvaro de Campos 
(heterónimo de Fernando Pessoa)

7 jun 2012

Trenos - José Quezada (México, 1988)

a la memoria de las víctimas

Primero fue mi rostro y el de ellos
uno a uno empujados al vacío
hasta entrar ciegos
y sin voz
con la lengua amputada
y los párpados quemados
en la mandíbula del cerdo y en la saturación del fuego

primero la hoguera
la primera llama
primero fue mi rostro
y su rostro
y los recortes de prensa
los sacrificios en que te sumergieron
hasta ahogarte
el lamento enterrado
subterráneo
la Décima Plaga
y el primer sacrificado
ante tu puerta
nadie intentó escuchar
nadie pareció preocuparse
50 mil primogénitos 150 mil 200 mil
no hay cifra 
reducidos a ceniza
en que me hundí
y nos hundimos
(allí supe que lloraban desgarrados)
en las cajas de madera
(supe que arañaban la tapa al ritmo del rosario)
temiendo a la gravedad
de la enloquecida balanza de La Ley
la helada punta de la bala
y la caliente mandíbula del cerdo

primero la mutilación
uno a uno
éramos jóvenes
saltando al vacío
los vídeos y los testimonios
la gran marcha hacia el abismo
una cifra más o una menos
no significan nada
en la saturación del fuego

primero la historia del cerdo devorando a un niño
y ellos
los arrojados al vacío claman
pidiendo
de rodillas
oración
los nudos de los trenos
en el nudo
la cola de las velas en el fuego
en el extremo ciego
de rodillas diciéndote
y clamando
que nunca intentaras hablar a solas con el cerdo
que nunca te quedaras
a solas con el cerdo
en un extremo ciego en la mandíbula
en la saturación del fuego
empujado al vacío
con los párpados quemados
la lengua amputada 

José Quezada

Interior D (concha tu padre) - Daniel Bencomo (México, 1980)


Ruido de refrigerador. ruido de ignición. ruido de crustáceos que
-
cambian de casa. vaya historia la del Nautilus. historia
--
natural por supuesto, guiño del agua y el origen del agua.
-
ruido de viejo. de antenas murmurando su alambique venéreo.
---
animales sin ruido, hurgando en las pantallas el calibre del terror.
*---------------
bestiario de mudos almena de cítaras taxonomía de cimitarras
 
ruido de miedo, ruido en terapia.
 
de la decadencia, cuál es el rumor. el mismo de los pies de tertuliano
----
ante Roma. y no hablo de otoños.
 
 
Arquitectura de sales y de huesos y de espuma de azares.
 
tanta potencia y no poder mudar el tiempo.
 
 una concha,
 
un ruido de concha de tu padre Posidón.
 
el ruido del ruido en el eco del ruido. el ruido de fondo. el ruido en off.
 
 
Derruido. Abiertas a la ósmosis, corrientes alternas
 
de voz sin pensamiento, de pensamiento sin casa, sin yeguas sacrificiales

en el Hoffman’s Day.

 
Un mirlo abre el algibe de tu mente, borra la caligrafía o laberinto, caracoles.

Daniel Bencomo

3 jun 2012

Al final da igual... - Elizabeth Maldonado Pacheco (D.F., 1988)

Al final da igual.

La tesis

el tránsito local de 3 horas por la mañana

y el doble por la tarde.

Los cielos que nos contemplan…

los días

las noches

y las tardes.

Los mares de donde venimos

y a donde vamos

y donde llega la mierda

los pañales

las latas

y los pueblos perdidos.

El trabajo

tus ocho horas o más

o menos.

La mierda establecida como:

Sociedad.

Llegué con nada

y con nada me quiero quedar.

Con nada quiero viajar

Con nada quiero admirar

para que quepa mi ilusoria existencia

en un no existente lugar.

Para que la tesis

el tránsito

la vajilla de porcelana

el reproductor de mp3

la cámara fotográfica

los viajes al mar

los relatos nocturnos

las noches de enfado

los días cotidianos

la sensación de desaparecer

el amanecer…

valgan la pena.

La pena.

Elizabeth Maldonado Pacheco

18 may 2012

¡No! - Héctor Hernández Montecinos (Chile, 1979)


Hacer arte es hacer lenguaje, amados míos, 
lenguaje extraño, trunco, espantoso, deforme, 
dinámico, flexible y claro como un río 

Pablo de Rokha



No a las respetables putas de la belleza
No a los distinguidos perros de la poesía
Nosotros hemos cantado a nuestra generación sin lograr despertarlos del miedo
Nosotros hemos jugado a ser palabra derramando a tiros el desenfado sobre las cabezas de los boquiabiertos que nunca imaginaron un arrebato como éste para la poesía y para lo que se vive de ella
Hemos desvestido a las muñecas con fuego y voz propia
Hemos desasistido por ellos nuestra lógica y nuestro pudor
Porque cuando los dioses se quedan en silencio los desiertos de atacamas del mundo florecen hacia adentro de los ojos
Ya no queremos ser más ciegos
Buscamos luchar contra la desesperación del tiempo y los demonios del poder
Pero sólo ahora hemos resuelto que la poesía es un rumor de prestidigitadores
Y que nuestros dedos son dardos
La verdad es una de las pocas mentiras que hace daño en este contexto
No escribimos artes poéticas
Leemos las coyunturas de la vida
Nos ha tocado hacer el trabajo sucio
Destrancar las alcantarillas llenas de guaguas rancias porque en las camas de mi casa los durmientes no cesan de crecer y me aprietan y no me dejan escribir y dicen que estamos mal muy mal
La honestidad está desnuda
Sangra por la nariz y el culo
Estamos llamados a ser más que los primeros continuadores
Nuestros sudarios son seminarios
Nadie quiere tocarnos
Mis amigos no tienen más de 22 años
Y conocen la ambigüedad de las miradas
Conocen la alucinación de las esferas
Conocen el destierro de la estirpe
Conocen a los sobrevivientes de 17 años en llamas
Conocen el fascismo
Conocen la dictablanda
Conocen el alcohol después del Amanecer
Niñitos danzando alrededor de la luna
Corazón cobertizo
Corazón sagrado de los rebeldes
Corazón sagrado y herido de los homosexuales
Nuestra vida está quebrada
Todos los géneros son una convención que no necesitamos
De un día para otro un puñado de mestizos resplandecientes apareció desde los rincones más inhóspitos de Vergüenza Nacional
Mis amigos pintan las calles con sangre semen y llanto
Mis amigos hacen música con los restos de la linda república de rodillas
Mis amigos ocupan las casas para la cultura y los persiguen
Mis amigos no escupen para el cielo porque ya no confían en él
Mis amigos hacen videos grabando la realidad
Mis amigos tienen nombres de santos pero es una graciosa coincidencia
Mis amigos hacen de la vida una performance para no irse a la mierda
Mis amigos son testigos de las revoluciones sensuales
Mis amigos conocen los paisajes de Chile por el ácido
En los rincones de la ciudad hemos peleado nos hemos emborrachado nos hemos amado
Nos han insultado por ser menos mediocres que nuestros padres
Hemos multiplicado las divisiones
El pasado es una excusa para ser más cobarde
Mis amigos son pobres de la calle de la noche
También hay hombres que se suicidan entre mis amigos
Y los locos no están solos
Pero nos tenemos a nosotros y tenemos poesía
Por eso celebramos que estamos juntos anunciando el devenir de nuestros deseos
Lo peor que podría pasar es callarnos poco a poco
Caernos enredarnos en el mismo galope
Hombres-mujeres-caballos
Estamos viviendo el luto de nuestro tiempo
No a las respetables putas de la belleza
No a los distinguidos perros de la poesía

Héctor Hernández Montecinos

11 may 2012

Videotape - Eduardo de Gortari (México, 1988)

"This will be on my videotape"

Radiohead

Sonríe para esta toma.

No dejes que esta escena se pierda.


Mira que mis ojos son defectuosos

y necesito contemplarte largo rato

para enfocar la sonrisa que necesito.


No dejes de cantar suavemente.

Actúa natural.

Camina despacio hacia mí.


Sé que no hay cámara

pero así puedo recordarte

cuantas veces quiera.


Déjame grabarte de esta manera,

verter en la memoria esta toma;

reproducir este día

cuando no estés cerca.


Deja que todo se vaya.

Aunque pasen los años

en este video

serás la de siempre.


Déjame a pixeles dibujarte como mar,

sentirte como suave marea.


Sonríe para esta toma.

No dejes

que esta escena se pierda.

Eduardo de Gortari

10 may 2012

Mientras Escuchamos Abrazados Love her Madly del grupo The Doors - Mario Santiago Papasquiaro (México, 1953 - 1998)

Quiero a mi hija/ como se quiere

a 1 río de carne concretita personal e inimitable

pájara gozosa de 6 meses

sirenita lactante

risa sentida a 5 filos de sol o baño en tina

Sus cagadas son oro

sus meadas 1 néctar

Pinche Zirita loca/ canto

al hacerle 1 rehilete o estrellarnos como avión

Tiene 1 muñeca mulata

tiene un garabato punk

le vacila hasta el lodo del mundo

lo patea con sus ojos extremos

Cachorrita tacubayense

cactus secreto de México

Todavía no conoce el mar/ el vaivén sexual

el corazón desatado de las calles-peyote

El día que suba a 1 tren

a 1 naranja de nieve

que brinque de 1 salto de Jalapa a Moscú

que le diga a la luna/ cháchara

que le diga a la luna/ gorda

que platique con Joan Miró

& rompa 1 cassette de los beatles

Ya la estoy oyendo gritarles/ chafas

a los ¾ del mundo

Los opaca con sus pestañas

los ofende con su ombliguito

Toda ella 1 sonaja

No se parece a nadie

la muerte le sabe el ansia

la vida se lo subraya

Nació 1 miércoles de ceniza

1 día de amplias cervezas

Llegó con su barquito pirata

como a 1 boca 1 ostión


Mario Santiago Papasquiaro