Páginas

28 jun 2012

Lupe - Roberto Bolaño (Chile, 1953 - 2003)

Trabajaba en la Guerrero, a pocas calles de la casa de Julián
y tenía 17 años y había perdido un hijo.
El recuerdo la hacía llorar en aquel cuarto del hotel Trébol,
espacioso y oscuro, con baño y bidet, el sitio ideal
para vivir durante algunos años. El sitio ideal para escribir
un libro de memorias apócrifas o un ramillete
de poemas de terror. Lupe
era delgada y tenía las piernas largas y manchadas
como los leopardos.
La primera vez ni siquiera tuve una erección:
tampoco esperaba tener una erección. Lupe habló de su
vida
y de lo que para ella era la felicidad.
Al cabo de una semana nos volvimos a ver. La encontré
en una esquina junto a otras putitas adolescentes,
apoyada en los guardabarros de un viejo Cadillac.
Creo que nos alegramos de vernos. A partir de entonces
Lupe empezó a contarme cosas de su vida, a veces
llorando,
a veces cogiendo, casi siempre desnudos en la cama,
mirando el cielorraso tomados de la mano.
Su hijo nació enfermo y Lupe prometió a la Virgen
que dejaría el oficio si su bebé se curaba.
Mantuvo la promesa un mes o dos y luego tuvo que
volver.
Poco después su hijo murió y Lupe decía que la culpa
era suya por no cumplir con la Virgen.
La Virgen se llevó al angelito por una promesa no
sostenida.
Ya no sabía qué decirle.
Me gustaban los niños, seguro,
pero aún faltaban muchos años para que supiera
lo que era tener un hijo.
Así que me quedaba callado y pensaba en lo extraño
que resultaba el silencio de aquel hotel.
O tenía las paredes muy gruesas o éramos los únicos
ocupantes
o los demás no abrían la boca ni para gemir.
Era tan fácil manejar a Lupe y sentirte hombre
y sentirte desgraciado. Era fácil acompasarla
a tu ritmo y era fácil escucharla referir
las últimas películas de terror que había visto
en el cine Bucareli.
Sus piernas de leopardo se anudaban en mi cintura
y hundía su cabeza en mi pecho buscando mis pezones
o el latido de mi corazón.
Eso es lo que quiero chuparte, me dijo una noche.
¿Qué, Lupe? El corazón.

Roberto Bolaño

26 jun 2012

Descubrimientos - Eduardo Langagne (México, 1952)

Colón no descubrió a esta mujer

ni se parecen sus ojos a las carabelas

jamás hizo vespucio un mapa de su pelo

nunca un vigía gritó tierra a la vista

-aunque vuelan gaviotas

en las proximidades

de su cuerpo

y en su continente se amanece cada día-


a esta mujer no la descubrió colón

sin embargo estaba en el oeste

era un lugar desconocido

y para encontrarla

hubo que andar mucho tiempo

con una soledad azul en la cabeza

Eduardo Lagagne

2 poemas - José Joaquín Blanco (México, 1951)

La palabra tú

Nada está perdonado. La piel
duele cada vez menos,
como anestesiada.

No trato de recordar, pero hay recuerdos.
Tú importas poco, pero había cosas contigo.
Había calles largas que recorrer de noche
y alguna canción de éxito que ha sido desplazada.

La palabra tú significa lo que había contigo,
lo que no eras tú, lo que te acompañó algún tiempo,
lo que habría acabado de cualquier manera.

Porque lo demás
(o sea tú, y es una lástima)
existe todavía.

Confesión forzada

Como no puedo abandonarme a la nostalgia en horas de oficina, como en el restaurante y en el autobús se reirían de mi carota triste; en virtud de que los programas de TV están peores cada día y carezco de otra afición en que gastar las primeras horas de la noche: añadiendo a lo anterior que no es el mío un cuerpazo de galán y que mis éxitos amorosos no suelen ser masivos ni instantáneos, vengo a confesarte que en estos momentos me gana la añoranza y que daría la luna por volver a verte.

José Joaquín Blanco

24 jun 2012

2 poemas - Joelia Dávila (México, 1978)

Mejor Callo

Mejor callo
escucho opiniones por aquí
percibo desdenes por allá
me señalan por rebelde
me acusan de borrego sin criterio
me discuten
mejor callo
no pienso regalar esperanzas
no quiero subrayar mediocridades
soy irresponsable por decisión propia
escucho y leo
observo
difiero pero no grito
me he cansado de discutir sin finales
nadie me gana
a nadie gano
mejor callo
llegado el día
tomaré el papel asignado
plasmaré mis opiniones con dos líneas
unas letras
tal vez una nada
y en silencio pediré mi deseo
he descubierto que las guerras de opiniones
no producen las ganancias de un pueblo
así que mejor callo
pero no me quedo callado


El poema más hermoso

Con la lengua de las moscas
con el tiempo encañonado
con lo sutil de la majadería
revuelta en arcilla roja

con la pena de decirlo
y el placer de gritarlo
suelto el poema más hermoso del mundo
hermoso más que los romances medievales
más que cualquier genialidad del siglo veinte
más que las puestas de sol en el desierto
o que las frases bien hechas del cine independiente

de las yemas
la garganta el intestino grueso y los riñones
se desprende una poesía visceral
caricia de tromba
pequeña letra quemada por debajo de la piel
como res en cuarentena
y la pasión desbocada de un toro en brama

la palabra del poeta que se tuerce de bilis
que escupe y vomita un hermoso poema:

 ¡chingas a tu puta madre!

Joelia Dávila

Western - Maximiliano Barrientos (Bolivia, 1979)

Mi viejo juega con fósforos.
Dice que prenderá fuego a la casa,
Que será hermoso ver las llamas trepando por las paredes.
Sueña con botellas de Coca Cola enterradas en el desierto,
Son sueños hermosos que nada significan.
Lo abrazo cuando tiembla.
Le pido que mire por la ventana. 
¿Qué son todas esas luces ahí afuera?, 
Pregunta. 
No hay nada allí, 
Digo. 
Están en tu cabeza. 
Es hermoso, 
Responde al cabo de unos segundos. 

  * 

A veces rompemos los vidrios de las ventanas y las cubrimos 
Con periódicos. 
Eso lo divierte. Ríe estrepitosamente y baila solo. 
Es nuestra fiesta privada. 
Son los únicos momentos en los que nuestras cabezas 
Están conectadas por la misma frecuencia de pensamientos. 
¿Alguna vez pensás en mamá?, 
Pregunto. 
Hablo con ella todo el tiempo, 
Responde. 
Camina descalzo por el patio. 
Un vaso de whisky 
Entre sus dedos y mamá muerta, 
Mamá como un poco 
De polvo en una caja. 
Mamá como un cometa perdido en las entrañas de Dios. 
Papá es el único que puede verlo. 

 *

Suelo bañarlo por las mañanas.
Sus ojos se quedan fijos en los míos durante largos segundos, 
No hablamos. 

 * 

Estará muerto al año próximo, 
Pienso, 
Y paso la esponja por sus piernas y por su vientre 
Y por su barba rala, 
Crespa. 
Una vez maté a un hombre porque quiso estafarme, 
Dice escupiendo agua. 
Mi padre desnudo, 
Con el pelo cubierto de shampoo, 
Forma una pistola con su mano derecha y me la pone en la cabeza. 
Boom, 
Dice. 
Y ríe. 
Y su risa es un sonido helado, 
Totalmente nuevo, 
Que no se conservará 
En el recuerdo de nadie.

Maximiliano Barrientos

21 jun 2012

El finado - Gabriel Paz (Ecuador, 1978)

Ya no importa nada
Den abrazo al hijo muerto que no ha vencido
En sano juicio fue vencido.
Den luto en sus corazones y agua miel en el abismo
Un signo zodiacal se dispara
Una estrella temprana se disipa
Vengan a cobijar mi órgano sexual expuesto a la intemperie
Ahora sufro de frío
El tiempo no me visita
Ya no voy a campo abierto
Acúsenme si anduve ebrio por la vida
Anduve enseñando la verga en las iglesias, Madre
Padre, he mentido y mentido
Me abstengo de ideales nuevos
Me encomiendo a las visitas
Sobre mis flores pongan flores y sobre mi nombre colores
Sólo acepto condolencias
Me encomiendo a los cumplidos
Si lloran mis mujeres córtenles el vientre y dénselo a los perros
Que ninguna me ha parido
No le crean si alguna de ellas grita en medio del salón:
“Déjenme ir con él. Déjenme ir con él, que el finado alguna vez me entregó su corazón”

Gabriel Paz

Lima, Toma I - Roberto Bermúdez (Perú, 1987)

Porque no queda más remedio que andar por estas calles inundadas de letreros luminosos que se me pegan al cuerpo como garfios yo camino para poner mi palabra sobre tu pecho mojado por la angustia de no querer parecerte más a las chicas de tu tiempo y olvidar el estruendo del chicle que revienta en un conjuro de miserias y temblores las sicodélicas luces de la calle ocho han aparecido sobre la pista mojada te persiguen y corres asustada de ti misma huyendo de ese miedo que reclama como premio tu cabeza alborotada de rizos que han crecido con las hojas del parque al compás de mis pasos por los billares cerca de la plaza Italia y tienes los ojos cansados para siempre tus ojos cansados para siempre de escuchar a nube luz en la televisión olvidar es la consigna no puedes y ves en el paradero de Ocoña a la pobreza aniquilada en la voz de un vendedor de dulces y perdóname que siga hacia la casa de la literatura sin mirarte porque yo no tengo plata para instalarme en el Cordano a escribirte de la lluvia y contarte que los cachacos que vigilan el palacio de gobierno no son hombres de cera ni siquiera de cera que ellos llevan la luz de la tarde junto a los ojos ahora mi risa se ha confundido en las canciones de magneto con tu voz seductoramente terca mis brazos son una noche sin salida sobre tu piel y después de amarnos somos solamente un pedazo de espasmo que no lucha siquiera por desaparecer de Lima la hija predilecta de las putas y has vuelto hasta esta calle para descubrir en los semáforos el amor ese amor que no encontraron las metáforas brillantes de los poemas que te hicieron leer en el colegio Monserrate ni en las canciones que se pusieron de moda en el año dos mil en tu cuarto hay un póster que te mira sorprendido y odiaste la poesía sin saber que en un país devastado por las coimas en un mundo devastado por el tráfico ilícito de drogas Francisco Pizarro no es un héroe sino un hijo de puta y a ti te buscan princesa a ti te buscaban tú eres el tesoro del sur te buscan como una palabra afilada bajo la lengua de mi generación sumisamente estúpida a mi generación nada le duele la muerte es una esfera lejana que no conoce el amor pero nada importa porque has venido a contarme que el embarazo es una rutina de náuseas en tu almohada corren ríos de sangre los sueños depositados en ella se han hecho carne sobre los muros del comedor popular donde revientan mis dedos mientras hago un grafiti con todos los colores que conozco acompañado por la noche (para aquellos que no te conocen conozcan el amor) y su frescura y su relumbre los exalte como un piano vibrante mi mano está marcada en el vidrio de un auto que me aleja del centro y hay que irse porque ha comenzado a llover sobre los anuncios luminosos destellan con más fuerza mis pupilas mis sueños son una tarde sin regreso un tajo en el corazón de esta ciudad.

Roberto Bermúdez

20 jun 2012

2 poemas - Sussy Santana (República Dominicana, 1976)

Bendición

Mami tiene la barriga llena de promesas,
Se fue esta mañana de Santo Domingo a Nicaragua
De Nicaragua a México
De México a San Diego con el pasaporte entre los pantis para que la
reconocieran
Por si no llegaba
Pero tiene mariposas en el pelo

Mami tiene hambre pero sabe que va a comer bueno si se aguanta un poco más
Perdió los zapatos en la arena
Cenicienta de frontera
El vestido destrozado
Las rodillas de escarlata
Sus pies son dos hilachas
Pero tiene mariposas en el pelo

Mami lleva una cumbre en los ojos
Unos perros tras su rastro
Un helicóptero de cielo
Una noche oscura
Una sinfonía de lamentos
Su cría acampándole el pecho
Pero tiene mariposas en el pelo

Mami salió con un grupo de 30
Mami!
30
los perros
Mami!
20
Helicóptero de cielo
Mami!
10
Rodillas de escarlata
Mami!
5
San Diego
3
Mami!
1
Mami reencarna a diario
Pero tiene mariposas en el pelo  


Yellow

Mudar la piel como las brujas de Los Alcarrizos
Que por las mañanas andan en motoconchos por la carreterra Duarte.

Mudar la piel como un funcionario del PLD o el PRD o el PRSC o
Cualquier otra cosa que comience con P...

Mudar la piel como una culebra que condena a la humanidad
A comprar manzanas a sobreprecio.

Mudar la piel que hace daño,
La piel de la gente amarilla que olvidaron sus cuadernos Petete en el baño.

Mudar la piel de campaña,
La piel que engaña.

Mudar la piel amarilla
Pariendo más gente amarilla
Que no muda la piel.
Sussy Santana

17 jun 2012

Malditos títulos acertados - Marisol Jiménez (México, 1989)

Yo quería ser una buena primera línea en esta novela pero fracasé. El título se menciona en algún diálogo del personaje principal como afirmación o negación. Algunos títulos son monosílabicos o algún ruido gutural. El nombre de una vieja prostituta, la descripción de algún paisaje, el nombre del perro. Sustantivos, verbos conjugados, algún sistema eléctrico, el nombre de un despeñadero. La sonrisa de una mujer, el secuestro de los aviones, una enfermedad mental o el nombre de una droga. Alguna disciplina u oficio que antecede al nominativo.

Pero el registro de números en el papel. Dejen a las máquinas hacer novelas. Dejen que los cuentos se rompan a mitad de la narración. Olviden la vieja gramática.
El peluquín de la abuela Estela está hecho en Siri Lanka.
Porque tus almohadas están llenas de ácaros, regálame un matapulgas.
Oh, sin sentido esta vida.
Callen esas voces.
Me drogué y estoy bien pinche contenta.
A la verga los pendejos
Inconforme con el régimen.
Me quedé viuda y sin tu vestido.
Títulos que quedan sin estructura, finalmente nos sabemos el argumento.

Marisol Jiménez

Invitación - Francisco Trejo (México, 1987)


Penélope,

¿quieres suicidarte

porque no te resignas

a vivir sin Odiseo?

Tengo debajo de mi túnica

una daga punzante

que te hará morir dichosa

cuando la introduzcas entera

en tu herida más antigua.

Anda, tómala y muere,

resucitarás en diez minutos

              anhelando morir de nuevo.

Francisco Trejo