Páginas

27 abr 2013

2 poemas - Leonard Cohen (Canadá, 1934)

Escuchando en todas las esquinas

A veces recuerdo
que he sido elegido
para perfeccionar a todos los hombres;
me lo recuerdan las luciérnagas,
el arroyo que pasa al lado de mi cabaña.
Si yo hubiera tenido que ser poeta
no podría hacer
los perfectos anillos de humo
por los que soy bien conocido;
me distraería
la posible belleza de mi pluma,
pero no lo soy;
me perdería,
me habría perdido con las mujeres
que tan implacablemente perseguí,
pero no lo hice,
yo estaba llamado a ser
la semilla de vuestra nueva sociedad,
yo estaba llamado a ser
el rey invisible y sin corte.
Yo soy eso:
el más claro ejemplo de realeza
que te sirve esta noche
mientras hace la cama para el perro
y las luciérnagas brillan
a sus distintas alturas.


No es tan difícil decir adiós. Cierto es, la mente sangra un poco, pero si no te haces la raya del pelo muy profunda nadie lo mencionará. Y, ciertamente, el ego se resiente como un diente ante el azúcar cuando acepta al fin una perfección extraña, pero aún así las despedidas se llevarán a cabo, y no desde tan lejos como uno podría creer. Sólo estamos aquí, trepando por la refulgente reflexión de la destartalada escalera que cedió bajo tus pies, nuestras botas atravesando sus peldaños con el sonido de una ametralladora. ¡Mira! eso que hay en la calavera es una sonrisa. El año pasado pensábamos que sólo los hipócritas le hacían eso a sus bocas.

Leonard Cohen

No hay comentarios:

Publicar un comentario